Todos hablamos de sostenibilidad, sustentabilidad, construcción o edificaciones sostenibles o sustentables etc…. Pero, ¿cuáles son las ideas detrás del proceso y cómo convertimos el concepto teórico en realidad?El enfoque de sostenibilidad se basa en crear un equilibrio entre la utilización y la generación de los recursos. El universalmente mencionado cambio climático, la creciente escasez de recursos y el cambio demográfico son temas centrales importantes para la política, la economía y la sociedad del siglo XXI. Si, de hecho, estos temas no se tomaron en serio durante mucho tiempo, en muchas áreas estamos ahora en un punto de inflexión, donde reconocemos el impacto de los seres humanos sobre nuestro ecosistema; y estamos listos para minimizarlos. Esto incluye la producción de energía que conserva los recursos naturales, el uso eficiente de la energía en los hogares y en la esfera comercial, la minimización de los productos de desecho y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para la industria de la construcción, esto implica construir edificios de tal manera que sean ecológicamente amigables y económicos, pero también capaces de cumplir con los requisitos de la sociedad del futuro. Por lo tanto, la construcción sostenible abarca métodos de construcción que preservan el medio ambiente, reducen los desechos, las emisiones y la contaminación ambiental, que son eficientes en el uso de la energía, economía y preservación del capital, garantizando la funcionalidad y seguridad dentro de un enfoque integrado; todo esto es a lo largo de toda la planificación, construcción y ciclo de vida de cada edificio.
Una visión para el futuro de la construcción sostenible
Las opiniones han cambiado en política, ciencia y economía desde hace varios años. El desarrollo de objetivos sostenibles está en pleno apogeo. Los conceptos de diseño orientados a energía cero, no desperdicio y cero emisiones se están implementando en la práctica en proyectos piloto y combinados entre sí.
Desde hace algún tiempo, el aumento del valor de capital, la funcionalidad y el diseño estético de los edificios ya no se opone a la reducción del consumo de energía y al uso de materiales altamente reciclables. En el futuro, también se tratará de combinar credenciales ecológicas de alta tecnología para la construcción sostenible y guiarse por los estilos de vida en constante cambio. La barra indicadora seguirá aumentando para los requisitos de los edificios con respecto a la calidad de la construcción, la comodidad, el consumo de energía y la protección del medio ambiente. Los edificios están evolucionando hacia sistemas de alta tecnología que se adaptan de manera inteligente y flexible a las necesidades de sus habitantes y se pueden controlar en consecuencia. Por el momento esto todavía está algo lejos, ya que esta visión y otras, todavía están en su infancia. Por ahora las soluciones innovadoras que surgen de la investigación y el desarrollo de nuestras empresas, tienen hoy más que nunca una mayor demanda a este respecto.
Construcción sostenible utilizando los productos adecuados
En estos momentos podemos hacer referencia a conceptos fundamentales que acompañan un adecuado proceso sostenible en la construcción. Uno de ellos es la envolvente de la edificación, la cual hace referencia a como acondicionamos el interior y exterior de un edificio para que los efectos externos de este, impacten en lo más mínimo la calidad de vida de los usuarios, no solo desde el punto de vista eficiencia energética si no también estabilidad estructural, hermeticidad al agua, aire y ruido (aislamiento acústico). Así mismo, la calidad de los materiales y procesos constructivos impactan en la envolvente que separa o aísla al usuario de la edificación de su exterior – Esto implica hermeticidad en los sellos para juntas de fachadas, total impermeabilidad en los techos y fachadas con los valores más altos de porcentaje de índices de reflectancia solar (SRI por sus siglas en ingles), etc..
Una envolvente térmica de una edificación la componen los techos o cerramientos superiores en contacto con agua y viento con pendientes menores a 6%; fachadas, cimentaciones y las juntas o articulaciones del edificio.
Desde hace varios años, se han adoptado numerosas medidas para reducir el consumo de energía. Esto ha tenido un impacto positivo: los estándares de aislamiento están mejorando y los requerimientos de energía están siendo perceptiblemente reducidos.
Como resultado de esta evolución, los puntos débiles en la envolvente del edificio que no se remedian son cada vez más significativos. Igualmente ocurre con los puentes térmicos, estos son puntos en la envoltura del edificio donde es perceptible una diferencia en la transferencia de energía térmica. Provocan que más energía térmica fluya desde el interior hacia el exterior. Como resultado, la temperatura superficial en la habitación disminuye más rápidamente que en áreas adyacentes.
Las consecuencias de esto conlleva a:
- Mayor consumo de calor y consumo de energía: El aumento de la salida de calor conduce a temperaturas de superficie internas bajas. Las superficies frías sólo irradian pequeñas cantidades de calor – esto tiene un efecto negativo sobre el confort térmico. Esto se equilibra con el aumento de las necesidades energéticas. ¡El consumo de energía aumenta!
- Higiene de vida inadecuada: La interacción del aire caliente y húmedo sobre superficies frías conduce a la formación de condensación. Junto con repello, pasta o pintura, este es un lugar ideal para la alimentación de moho. Esto tiene el potencial de causar problemas de salud.
- Riesgo de daños estructurales: La condensación constante puede hacer que el edificio tenga ciclos de humedecimiento. Si la estructura del edificio queda vulnerable, puede causar daños a largo plazo a la ingeniería estructural del edificio. Los componentes del edificio permanentemente húmedos causan mayor conductividad térmica. Esto refuerza el puente térmico.
Una evaluación calificada, planificación detallada y experiencia técnica en implementación, pueden minimizar los efectos negativos de las envolventes y reducir los puentes térmicos. El objetivo es evitar la caída de la temperatura superficial de las paredes internas. El uso de productos aislantes para el envoltura del edificio también contribuye a la reducción de la pérdida de energía, ¡por lo que es posible construir un edificio eficiente desde el punto de vista energético a pesar de los puentes térmicos!
Los desafíos de la sostenibilidad se pueden cumplir con productos innovadores que no son dañinos para la salud o el medio ambiente. La instalación rápida y limpia de soluciones, conserva la eficiencia económica de los trabajos de construcción, mientras que los productos particularmente duraderos resisten la intemperie y extienden el ciclo de vida del edificio.
“No todos los puentes térmicos son una preocupación, “Cada cambio en la geometría y el cambio de materiales en la envolvente del edificio representa un puente térmico”. Esto significa que cada junta de ventana o de muro dentro de la construcción es un puente térmico. Eso no significa que no construyamos ventanas o sistemas de vidriado estructural, la pregunta, por lo tanto es, cómo lo podemos hacer.